Mosca Blanca del Tabaco

Especie exótica invasora (EEI) y plaga de jardín:

Clasificación: Las mosquitas blancas del tabaco Bemisia tabaci (Gennadius,1889) pese ser nombradas “moscas” no son dípteros, sino que pertenecen al numeroso y diverso orden hemíptera. Forman parte de un complejo de especies con biotipos y especies crípticas (gemelas).

Características y ciclo evolutivo: 

Insecto holometábolo, presenta cuatro fases y diferentes estadios que ocurren en un periodo aproximado de 30 a 40 días; los huevos miden 190-200 µm son colocados en grupos o individualmente, presentan un color blanco amarillento que vira a marrón dorado; los juveniles (larva y ninfas) también diminutos son ovoides, translúcidos y activos en sus tres estadios, las pupas son microscópicas (750-850 µm) y amarillentas; como adultos tienen un tamaño de 0.7-0.9 mm con color amarillo oscuro y alas blancas. Poseen antenas de siete segmentos, patas con setas, placas cerosas abdominales y supra genitales diferenciadas por sexo. La morfología del edeago (órgano copulador masculino) les diferencia de otras especies. 

Mosquitas Invasoras

Importancia

Las mosquitas blancas del tabaco son de origen sudasiático; su presencia actual es mundial e incluye gran parte de territorio nacional; son plagas comunes de cultivos y jardines, tienen importancia fitosanitaria por su daño directo al alimentarse, su efecto contaminador por excreciones y su papel como vectores de fitopatógenos. Están asociadas a cientos de especies vegetales y se encuentran catalogadasen las listas de las 100 EEI más dañinas del mundo.

Bioseguridad

Al ser una EEI la mosca blanca del tabaco amerita acciones de gestión del riesgo biológico que limiten su introducción, establecimiento y dispersión con medidas preventivas, de detección temprana, erradicación, control o mitigación; y le aplican las restricciones que corresponden a su estatus de plaga y EEI.

Medidas generales
para su manejo: 

Un punto crítico de manejo tiene que ver con su capacidad de dispersión, ya que a pesar de tener capacidades de vuelo “limitadas” aprovechan la movilidad facilitada por el viento y la propiciada por el hombre en el transporte de plantas o material vegetal contaminado con las diferentes fases de la plaga; por lo tanto, el control cuarentenario de material vegetal y utensilios es la primera barrera y gestión.

Otro punto clave para su manejo es la detección; agencias especializadas recomiendan el examen visual del envés foliar y la sacudida (controlada) de la planta que provoca locomoción con despegue y retorno de adultos. Las hojas infestadas muestran un mosaico amarillento y torción.

Como parte del MIP (manejo integrado de plagas) se utilizan mosaicos botánicos con especies vegetales no susceptibles o de mejor resistencia, supresión de hospederos alternativos y biocontrol con predadores, parasitoides y entomopatógenos. 

Especialistas en la resistencia a insecticidas reportan a B. tabaci como de mayor preocupación por su documentada capacidad para desarrollar esta condición ante decenas de activos, con casos de poblaciones multirresistentes y variedad de mecanismos de resistencia; por lo que se recomiendan los principios generales para la gestión de la resistencia a insecticidas como manejo integral con selección de activos eficaces para cada población y programas que opten por diferentes modos de acción (MoA) en secuencia o rotación entre generaciones, considerando el uso de mezclas evaluadas que sean compatibles con las medidas complementarias. 

SE RECOMIENDA:
​·Control cuarentenario preventivo.
​·Correcta identificación y diagnóstico.
·En caso de seleccionar control químico aplicar principios de manejo de la resistencia insecticida.

Priorice la incorporación de soluciones bio-racionales como productos orgánicos y extractos botánicos en su programa de manejo; consulte a su asesor profesional Tridente sobre las buenas prácticas del MIP y el control profesional de plagas urbanas.

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